LA SANIDAD EN CRISIS: UNA GUÍA PARA LOS VOTANTES EN LAS PRÓXIMAS ELECCIONES.

Ya no hay duda alguna de que el Sistema Sanitario de España está sumido en una crisis importante. También es cierto que el ciudadano vive seguro  en un país y hasta en una ciudad, donde le da confianza el Sistema Sanitario. ¿Quién es su Médico? ¿Dónde ir, si tiene un achaque urgente? Le importa tanto que desde hace siglos se ocupa de tenerlo bien dispuesto y preparado.

Tenemos tres meses para saber a quién votar por una sanidad mejor.

Después de comer, vestirse, y tener un cobijo, la persona lo que busca es sobrevivir con su familia. Y desde que la Medicina tuvo una real efectividad, y eso no hace tanto en la historia de la Humanidad y que en ConfiSalud, nos lo está contando de una forma tan amena, el Dr. Amadeo Rey. Por ello creemos que debe estar preocupado y  que debería ser objeto de primera línea de los lideres políticos, a quienes les incumbe poder abortar el problema: Y al ciudadano, ocuparse de elegir al que mejor le trate el problema, Quien mejor se lo explica y el que mejor lo aborde. Tenemos tres meses para saber a quién votar por una sanidad mejor.

Podría decirse, sintetizando, que es el siglo XX, es decir anteayer, cuando los médicos, los farmacéuticos tienen diagnósticos cada día más certeros y remedios cada día mejores y los enfermeros, cuidan mejor con su excelencia del mejor samaritano y la técnica más revolucionaria en sus métodos y procedimientos. Y, cada día más caros.

Así, surge la necesidad de que la sociedad organice los dos grandes asuntos que son tan complejos que se convierten en Sistemas. Uno es el Sistema de Financiación. Cómo se pagan los costes del Sistema Sanitario de una Nación, para que les llegue a todos y que no haya un ciudadano sin protección sanitaria. Ese debate, ha llevado el siglo y medio, desde los últimos veinte años del siglo XIX, y aún no ha terminado en muchos países.

Uno es el Sistema de Financiación. Cómo se pagan los costes del Sistema Sanitario de una Nación, para que les llegue a todos y que no haya un ciudadano sin protección sanitaria.

En España, quedó cerrado en la Constitución de 1978, atribuyendo a los poderes públicos la obligación de generar un sistema de protección da la salud y de crear y tutelar los servicios sanitarios para todos los ciudadanos. Esta definición constituye un logro social que ya no hay que discutir.

la Financiación ha de ser pública, y ha de ser de calidad suficiente en cada momento, con acceso a los medios y las técnicas más modernas.

En estos momentos, no hay un Partido Político que defienda que el Sistema sanitario no sea financiado por el Estado, lo que quiere decir que incumbe a todos los españoles. Es decir, la Financiación ha de ser pública, y ha de ser de calidad suficiente en cada momento, con acceso a los medios y las técnicas más modernas.

Por lo tanto, el elector no debería ser sometido a un bombardeo constante de quienes atacan a otros porque les acusan de privatizar la sanidad. Mantener ese criterio conduce cada día más a olvidar lo más importante, quien es el político que genera los principios de cómo se consigue el dinero para tener una sanidad de calidad y moderna. A lo peor ninguno la habla claro en este momento.

A lo largo de los próximos días voy tratar de exponerle, cuánto dinero se necesita hoy en Europa para mantener un sistema sanitario que nos sirva para estar tranquilos. Después usted y un servidor vamos a pensar, si tenemos el dinero ya, sobre la mesa disponible, cómo hacerlo más rentable.  Y estoy seguro de que usted tiene su opinión y otros tendrán la suya, pero ese no es el debate principal, que nadie le confunda.

Quizás, muchos políticos de un signo o de otro quieran mantener ese debate estéril, porque casi todos nos consideran inmaduros, y cómo ya saben que van a tener que trabajar mucho para ingeniar como encontrar los recursos, lo mejor es hurtar la realidad. Seamos conscientes de que España llegó a los que se ha llamado el Estado del Bienestar, tarde, pero muy feliz de haberse instalado en un sillón en primera fila. Y, la primera obligación, es convertirnos en espectadores con opinión y que se nos den los detalles de cómo se sostiene ese bienestar. Sin engaños, sin subterfugios.

Por tanto, vamos a hablar primero de cuanto necesitamos para tener una sanidad para un país de mayores que tenemos muchas ganas de seguir viviendo y así nos vamos a ir orientando.

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